27/9/08

Experiencia laboral.

Detrás de unas gruesas cortinas, un espía secreto descubre dos cosas: que reveló su posición y que es alérgico al terciopelo.

S.M.

25/9/08

MI CUMPLE



Mi cumple


Lo que más me atrae de mis cumpleaños es la calidad y variedad de los invitados.

Una “salpicón” se condimenta todos los 24 de septiembre, y aunque previsto, jamás pensé que iba a terminar hablando de “qué tengo en el culo para que me duela tanto” con La Carito y La Hermana del Chino… o escuchando a mi abuela, que a los gritos con su mejor estilo parroquial, justificaba que en su vida no había cometido tantos pecados, ante un cura franciscano que intentaba devorar su pancho con lluvia de papas. Todo eso en el living de mi casa.

Al principio, siete invitados, algunas bebidas frescas, unos santuchitos de jamón y queso, globos, Hilda Lizarazu en volumen tres… todo hacía pensar que la noche sería tranquila, sin mayores sobresaltos como el del año pasado, que mi abuela pedía, haciéndose la loca, que un voluntario le cambie los pañales. Hoy no. Hoy, comentaríamos los vaivenes de nuestras vidas, nos daríamos consejos sobre como encausar mejor nuestros proyectos, hablaríamos de las andanzas de La Negra, soplaríamos las velas, y nada saldría de su cause.

En las películas de suspenso, las primeras escenas son para generar un clima: gente feliz, con una vida realizada, sin nada que las altere, hasta que aparece el loco con el hacha tratando de atacar a la nena de trenzas que se defiende con su peluche. Bueno, pensaba que esa noche la formalidad duraría hasta el final, y que ningún espectador se tensionaría en medio de la película. Por suerte me equivocaba.

Mi abuela, empezó la función, preguntando desde la cocina si el té de coca era droga porque se estaba preparando uno. Ahí empecé a sentir cosquillas en la panza, presentía una fiesta algo más parecida a mi cumpleaños.
Se sentó a la mesa con su té de coca, a contarnos las picardías que le hacía a mi abuelo, y las cosas que ahora, hacía con su “amigovio” y sus compañeras de Canasta.

Un dramaturgo borracho, advirtió que en ese momento, la obra debía variar sus personajes: tres sucesores de San Francisco tocaron el timbre de mi casa, demostrando con su alegría que estaban cagados de hambre y querían ser parte del festín, no como franciscanos, sino como invitados al cumpleaños.

Es sorprendente, (y esto es lo que más me gusta de invitar a gente que ni se juna), cómo en presencia de desconocidos, todos comienzan a cambiarse los disfraces y a mostrar otras caretas. Más aun si se trata de alguien tan controversial como un sacerdote y sus discípulos, y mi nona.
Bastó que el cura entrara por la puerta, para que mi nona improvisara (muy a las apuradas) con papel crepé y brillantina, una aureola que legitimaba su previo paso al paraíso.
Insoportable, me gritaba: “¡cómo me vas a hacer tomar un té de droga, adelante del padrecito, en qué estabas pensando!”
Por suerte los chicos están entrenados, y saben a qué darle importancia en un cumple, donde hay pizzas, panchos, cerveza, y una abuela con unas ganas locas de mostrar que sí es digna de cruzar al otro lado por las puertas doradas.

Otra vez, y como si un dramaturgo, fumando un espiral, escribiera Mi Cumple: En medio de ese tornado de personajes diversos, hicieron presencia los chicos del barrio.
El equipo de la Kangoo fue el condimento perfecto, para que sin pelos en la lengua, volvamos a hacer de esa noche, algo memorable por sus diversas charlas. Así fue, sin pelos en la lengua, que el chino al verme comer un pancho, me preguntó si ya estaba mejor del culo. Sin pelos en la lengua, le dije que no me bancaba el dolor de ojete estando sentado, pero que ésa era mi última noche, y no le iba a mezquinar a la chocotorta. Los chistes siguieron, y si bien no eran los ideales para contar en una cena, llevándolos sin pisar la línea del mal gusto, me devolvieron la alegría que necesitaba.

Así fue como entre los baños de asiento en té de malva, la peregrinación a San Roque, anécdotas sobre la posibilidad de haber sido violado por El Capocha, la sorpresa de Alcides ante el vocabulario jovial de mi nona, muchos panchos, cerveza, gaseosa, gelatina y chocotorta… la noche, como todos los 24/9, volvió a ser la ensalada de frutas que yo tanto esperaba.

Esperemos se repita pronto y estés ahí.

19/9/08

MICROFICCIÓN

Alarde destructivo.

Hoy, el brazo de un cazador de cocodrilos (que durante años fue distinguido por su trabajo), con la brisa de frente, asomado por la ventanilla: sentíase INVENCIBLE, hasta que un árbol lo desprendiera de su dueño.

S.M.

18/9/08

MICROFICCIÓN

¡Orden M.M.! Orden por favor, esto no es cualquier cosa, yo estoy a punto de recibirme del IES.

Antes de que mi bitácora del último viaje se vuelva un salpicón de caracteres, una ensalada rusa de simbolismos incoherentes, quiero volver a compartir textos que me inspiran:

HERMANOS

Cuando la coexistencia se les hizo insostenible, dos hermanos muy competitivos llegaron a un acuerdo tácito pero inquebrantable: aquello en lo que uno de ellos triunfara quedaría vedado para el otro; eso evitaría toda comparación entre ambos. Más que un alivio, el pacto resultó una condena. En la carrera por apropiarse de los triunfos más gratificantes y las privaciones menos penosas, el que mostró primero ser más inteligente, relegó al otro a la estolidez y los trabajos rudos. Consecuentemente, cuando el bruto aunque apuesto ganó con las mujeres, el intelectual tuvo que inclinarse por los hombres. Pero replicó haciéndose muy rico, con lo que obligó al hermano a equivocarse en los negocios y arruinarse. No previó que tanta miseria haría que su rival deseara morir hasta lograrlo y que con ello le escamotearía el triunfo. Achacoso y cubierto de años, soporta aún la ruina de su cuerpo mientras clama por una muerte prohibida.

Raúl Brasca

17/9/08

NO SOY TU HIJO... SOY ¡TU PADRE! V



CAPÍTULO 5: GRAN CASAMIENTO CON YAPA.

(Por Miguel, tío del novio)


-"¡¡Me dijo solterona con olor a gato!! ¡¡¡Por eso yo le lancé con la pata flambeada a ese degenerado...!!!"

-"Como se le ocurre oficial, ¡si la fiesta recién empieza! Yo no estoy borracho... ¡si de verdad es una vieja con olor a gato! Por eso, no se le acerca nadie. Por eso, arruina éstos momentos... Ahora, si me saca las esposas, le cuento como fue que el salón empezó a arder en llamas.

Resulta que todo estaba saliendo como lo planearon: el pastor ortodoxo aceptó el casamiento polígamo, y se dispuso a realizar la ceremonia. Se los veía sumamente felices: el Milton, la Margarita, y la Vanina -una amiga de la Margarita, que se dedicaba a cine independiente pornográfico ruso, pero que ahora vende Herbalife en el barrio-.

Y claro... viejas amargadas como ésta, no soportan las parejas de la posmodernidad.

Lo que pasó fue que, al momento en que todos teníamos que estar de acuerdo con la celebración, ésta vieja se deschabetó, y con un grito en el cielo puso su desacuerdo.

El pastor no sabía donde meterse, y ahí es cuando se armó la revoltija. Alguien del fondo, le gritó una guarangada espantosa, y la señora aquí presente comenzó una guerra de comida interminable: uno de los tíos de la novia, completamente sacado, lanzaba ensalada rusa contra las ventanas a toda furia; unos niños se apoderaron de los tomates rellenos, y con exquisita puntería, le dieron uno al pastor en el ojo izquierdo, al grito de ¡me arde, me arde!" la abuela de la novia salía corriendo del lugar agarrándose la cara. Desafortunadamente una de las sillas alcanzó el calefón que estaba ubicado por aquel lado y una mediana explosión hizo que, primero las cortinas, luego toda la sala, comenzara a arder en llamas. Y así fue como pasó."-

El comisario luego de mi testimonio me llevó a la seccional donde se encontraban el resto de los invitados, junto con los novios.

Increíblemente el destino nos sorprendió esta misma tarde.

Vanina identificó al comisario: -"Julián, ¿Sos vos, te acordás de mí?"

El comisario, con la expresión de un nene preguntándose cómo vino al mundo, revisaba en su memoria, todos los rostros de mujeres conocidas, hasta que dar con la indicada: -"¡Vanina...!" Sin más que decir, se abrazaron en medio de la multitud, durante largo rato. Sólo se soltaron para volver a mirarse, los dos emocionados.

Vanina y el comisario habían sido compañeros en una película pornográfica del cine independiente ruso, una tarde de invierno, hacía ya, varios años. Hoy, volvían a enamorarse.

Decidieron casarse. Esa misma tarde. En esa misma ceremonia. Viendo que las llamas habían cesado en el salón evangelista, todos volvieron a reunirse, y como si nada hubiese pasado, dejando afuera a la vieja desconforme... el pastor comenzó la ceremonia que uniría a Milton Zapatero con Margarita Ibáñez, y a La Vanina con el comisario.

NO SOY TU HIJO... SOY ¡TU PADRE! I y III

CAPÍTULOS 1 Y 3: RETIRADOS DE PROGRAMA, POR PROPAGANDA POLÍTICA VIOLENTA, ESCENAS DE DESNUDEZ, Y DISCRIMINACIÓN A LOS ARMENIOS QUE VIVEN EN BERROTARÁN.

7/9/08

NO SOY TU HIJO... SOY ¡TU PADRE! II


CAPÍTULO DOS:

"Te la vamos a dar, te la vamos."

(Por "Capicúa", chofer de la mafia)




-"Cicatriz: se non soddisfano, è possibile ottenere un bastone nel culo"- ¡Así le dijo, el viejo! Así le dijo... nunca lo vi tan enojado. Ahora te digo: el Cicatriz se lo buscó. Jamás tendría que haberle pedido guita al viejo para festejarle el cumpleaños a sus hijas, jamás...

¡Pero me vas a decir que no fue mala leche, si había ganado todo! Muy pocas veces te pasa lo que le pasó al Cicatriz.

Esa mañana lo acompañé al jefe, lo acompañé porque se ofreció él mismo a prepararle el cumpleaños a las hijas del Cicatriz, con la única condición de que le multiplique la guita que le presta, para esa misma tarde o que le iba a cortar los meñiques, le iba. Alquilamos dos castillos inflables, y a un tipo que se disfrazaba de Barney y regalaba golosinas.

Todo muy lindo, todo muy lindo, pero parece que al Cicatriz se hizo el boludo con la segunda parte del trato. El plazo vencía a la tarde y no había juntado un mango, estaba endeudado hasta las pelotas, estaba.

El cumpleaños terminó tipo dos de la tarde, y ahí no más se fue cagando a las carreras, el único lugar donde podía multiplicarle la guita al viejo. Yo con el viejo nos fuimos atrás de él, para tenerlo cortito, tenerlo.

Así pasó todo:

El Cicatriz apostando a "Señorita Gritona", había ganado nueve carreras consecutivas ¡una cosa impresionante! ¡Que se yo cuánta guita tenía para ese entonces! Ya tenía para devolverle al viejo, y para invitarla a comer a Mirtha Legrand a su casa.

La última carrera, el viejo se le acerca y dice que tiene la corazonada con Rayo Veloz, que le apueste todo lo que tiene a Rayo Veloz. El cicatriz se hizo el pelotudo y como cualquier persona sensata, apostó a "Señorita Gritona".

Perdió todo.

Rayo Veloz afanó.

Ahora el viejo tenía doble motivo para acuchillarlo.

Sabiendo que no tenía un peso, por hacerlo de manera formal, le pidió la guita que le debía, la guita... El Cicatriz invirtió los bolsillos de su pantalón, le puso cara de Bambi al asunto, pero el viejo no le tuvo compasión... y lo pinchó.

Hasta donde sé, el Cicatriz sigue en el hospital y con muy pocas ganas de levantarse.

5/9/08

NO SOY TU HIJO... SOY ¡TU PADRE! I


CAPÍTULO 4:

¡ALELUYA, HERMANO!
(por el portero del convento, foto)


-"¡Aquel!, sí, el que viene cantando y saltando por el parque rodeado de todos esos chicos. Él es la nueva promesa del convento: Milton Uriel Zapatero (alias cicatriz)."-

Como encargado de las llaves del convento, era mi deber acompañar a los visitantes que querían conocer la nueva oveja del Señor.

La mujer que acompañé esa mañana llevaba una mirada extraña, meditabunda. Cuando le señalé quién era el hermano cicatriz, noté que una lágrima caía por su rostro. "Ya lo conozco" - dijo en una tonada centroamericana, se limpió con su pañuelo y prosiguió- "Hasta hace un tiempo él, había sido mi esposo."

Mi cabeza se detuvo un instante en esa frase que le daba tanto sentido a muchas cosas.

Milton, aquí en la ciudad, y en los alrededores, se ha transformado en un santo viviente.

Los primeros viernes de cada mes, es el encargado de hacer la misa para los enfermos, y es imposible circular por la ciudad. Llegan feligreses de distintas partes del país, en una peregrinación de varios días, sólo para presenciar esa misa. En los alrededores, hay puestos con vendedores de estampitas y estatuillas del mismo Hermano con su característica cicatriz. No había mucha explicación para el fenómeno bastaba verle a los ojos para encontrar un amor inmensurable, que convertía hasta al más hereje.

Pero la sentencia de la señora complicaba muchísimo las cosas.

Ella, sin que Milton sepa de su visita, se fue. No sin antes hablar con el Padre superior (encargado de la casa), y darle algunos documentos que aclaraban el pasado nebuloso del nuevo Hermano. El encargado de la casa también era nuevo, un párroco con mucha experiencia, una bondad incalculable, pero con una rectitud que justifica su tranquilidad en la administración de las tareas.

El encanto sobrenatural de Milton Uriel, convencieron a todos en el convento (yo me incluyo), de que su misión en el mundo era predicar, estar ahí y llevar el mensaje divino. No había necesidad de profundizar en datos de la historia de tan buen hombre.

Yo vi el sobre abultado que la señora hizo llegar al Padre superior: cartas, fotografías, actas de nacimiento, documentos matrimoniales, árboles genealógicos, antecedentes en prisión, carnet de vacunación, deudas de la boleta de gas, entre muchos otros papeles que dejaban en claro la verdadera identidad de:

Milton "Cicatriz" Uriel Zapatero.

Nacido el 24 de julio de 1972, Guayaquil (Ecuador).

Perseguido en su país por narcotraficante, huye de la misma mafia, refugiándose en Arequipa (Perú) en el año 1982. Contrae matrimonio con Margarita Ibáñez, al poco tiempo queda desempleado. Sin estudios secundarios completos, no encuentra un lugar mejor que el alcohol y las apuestas para revindicar su vida. Hace unos meses desapareció luego de un accidente y su esposa logró localizarlo hace dos días en un convento de Salta (Argentina).

S.M.