31/12/08

Cuestión de fe


Existencialista, frente al capullo de su madre, la oruga se toma un instante para someterse a la duda eterna:


"¿renacerá como mariposa o ha muerto como gusano?"

27/12/08

“¡Nola!” (o Decisiones trascendentales).


El esfuerzo es increíble: ya chocó contra la pared, y ahora resiste la caída con la cara hacia arriba. La figurita sabe que al llegar al suelo, tiene la única oportunidad (en esta jugada decisiva), de abandonar el bolsillo atestado de repetidas; y pasar al guardapolvo de quien la recordará hasta el fin de sus días, por llevar años esperándola para completar el álbum.

Navidad (en lo de la nona).


Si hay magia en ver un súper clásico, ensanguchado entre los más sudorosos barras bravas, y recibir con cariño sus efusivos abrazos. Si hay felicidad en veranear en playas tan atestadas de gente, que por saltar una ola terminamos a cococho de alguna señora; podemos decir que algo tiene de felicidad y magia el hacinamiento, y eso es lo que tiene una navidad en la casa de la nona.


Comencé con la hipótesis, y antes de presentar el trabajo de campo voy a describir algunas características del terreno:


Existe un acuerdo tácito en que el caos generado se controla únicamente con esa sobredosis de buena onda que, no sólo mi abuela, sino el resto de la familia ofrecen, y de la cual todos los invitados deben participar.


Este ideal se sustenta con una política básica: quien llega, algo trae y algo se lleva.

Entendiendo “algo” como una torta de merengue con dulce de leche, un paquete de garrapiñada, o simplemente la buena onda obligatoria.


Para evitar el despojo de comida, al llegar de misa y antes de comenzar el estudio, detecté los platos más tentadores, me apoderé de ellos (omitiendo quejas de algunos) y busqué un buen ángulo de observación. A continuación el trabajo de campo:


La entrada. (10.30hs)


Una continuidad de timbres son testigos de una casa que comienza a llenarse con alrededor de cinco o siete familias completas, incluidos los novios/as de algunos de mis primos del medio.

Los invitados advierten que después de doce, otros primos, otros vecinos, otros amigos, también con sus familias se darán una vueltita para saludar.


La heladera (11.30/ 11.50hs)


Es incomprensible cómo estando todas las sillas (de varios tablones) ocupadas, sea posible que en la cocina se genere semejante revuelta. Idas y venidas con manos rebalsadas de bebidas y ensaladas. Jamás vi entrar y salir tantas cabezas de la heladera.

He aquí algo interesante:

Tío A (desde la otra punta) vocifera que le pasen la gaseosa que, cuando llegó, oportunamente puso en el congelador. Tío C tiene esa misma gaseosa, ya media vacía, en la puerta de calle; se la toma mientras tira petardos con los primos D, E y F.

Tío A se venga de B morfándose con su esposa X e hija L toda la ensalada de frutas que B había aportado.


Alarmas (11/12hs)


Salvo algunos celulares cordobeses que anuncian las 12 una hora antes, el resto de los relojes de la zona, se encargarán de fastidiar con falsos anuncios durante media hora a todos los invitados, hasta que pariente gritón W, no lo soporta y reclama a viva voz un brindis, siete minutos antes.


Apertura de los regalos (12/12.02hs)


Todos somos Papás Noel de quien un mes antes, nos fue sorteado. Este comunismo ilimitado trae consecuencias injustas:

Prima A recibe de su madrina K: un órgano electrónico, perfumes, colines, un par de medias y una cama para el agua.

Primo Y recibe de tío amarrete L: un porta CD… con el escudo de su equipo favorito.

¿Angustia, abandono, melancolía? Sea cual fuere lo que entristece a primo Y, tía piola V quiere consolarlo, y enumera las increíbles ventajas de tener un porta CD. En un momento, primo Y se harta de escucharla, y corre tras una manada de pares que lograron (no sin ingenio) fusionar una cañita silbadora con cinco rompe portones. Salen corriendo a la calle para probar la suerte de sus ojos.


Superenganchados (12.30hs)


Primo mayor J pone cumbia. Tía M apaga, pone los Auténticos Decadentes. Nona 1 apaga, (con ayuda de nieto O) pone folklore italiano. Baila Renato Carossone, hasta que asusta a todo el mundo por un dolor de espalda.


El brindis continuado (2hs)


Tío enólogo amateur A, descorcha sidra. Tío exquisito B, lo tilda de groncho, descorcha champagne. Tío C (ya borracho por el olor a las bebidas) culpa (siempre a los gritos) a los cordobeses por no traer fernet, y por no saber contar chistes.

Tía M prepara el mate.


(Investigador abandona el cuaderno para aceptar unos amargos que mezcla con las bebidas anteriores).


Los otros (2/6hs)


Sujeto sui generis X llega con su familia. Advirtiendo nuestra sorpresa, se adelanta diciendo que es posible que no se acuerden de él.

El resto valora su sinceridad, y apretándolo en un abrazo, lo desmienten con un “¡cómo nos vamos a olvidar de vos, viejo!”

Sujeto sui generis Q, posible novio (sensible por el amor navideño) busca reconquistar a su ex, la prima D. Ella, en iguales condiciones, corre a su encuentro, y alborotan a todos por la velocidad de sus manos.


Confesiones (hora incierta)


Con varios corchos por el piso, tío el desdentado G, con la sinceridad (ablandada a fuerza de copas) asegura que el peinado de tía la mayor Z se asemeja al corte del (ya finado) tío abuelo Q.

Los tíos I, J, K y papá1 avalan con carcajadas el parecido.


Conclusión.


La noche pasa en ese aparente descontrol, y en algún momento la navidad muestra su lado místico. Cuando ya no se ven sillas y mesas desordenadas por todo el patio, no se ven vasos desparramando gaseosa sobre el plato de pan dulce, es cuando estamos abstraídos del desorden y vemos ese grupo de gente que confía ciegamente en nosotros, nos valora en sobremanera, y nos apoya en cualquier locura que queramos emprender. Entonces uno trata de apoderarse de ese minuto, conservarlo, y sacarlo a flote cuando algo nos agobia. Porque se trata sólo de un minuto, hasta que tanta ternura incomoda a tío J que rompe el silencio volcando el agua que queda en los hielos por la espalda de tía N.

Y todo es descontrol, y todo es alegría.


La hipótesis queda confirmada. Si esa es la clave, durante el 2009 estaré esperando que juntes a tus seres queridos, no tan queridos, conocidos y/o desconocidos, para que me visiten y revivamos esa mística navideña del descontrol, de la alegría, el día que se nos antoje.

22/12/08

Ojos que no ven, corazón contento.

-“Amigo, si quiere, antes de cerrar, le lleno la copa y me lo cuenta de nuevo.”

-“¡Cómo olvidarla! Fue la mejor tarde de mi vida. Increíblemente, los dos teníamos el mismo número que salió ganador de una vuelta en el crucero. Compartimos el premio.

¡Eran tantas coincidencias!: Que ella nació en Sarmiento y Alvear, y yo a dos cuadras. Que cuando no quiere cocinar, visita a sus amigos, y yo lo mismo. Que le encanta el arroz con leche y un toque de canela... a mí también. Si hasta su abuela, tía y hermana tenían los mismos nombres (en femenino) que mi abuelo, tío y hermano. No lo podíamos creer.

Si Sócrates me hubiera advertido antes, que para conocer la esencia de las cosas es preciso desprenderse de la vista, el oído y por así decirlo, del cuerpo entero...
Jamás me habría dejado traicionar por mis ojos cuando, fijándose en un punto, me obligaron a cortar todo romanticismo, preguntando -a quien pudo ser el amor de mi vida-, si ese lunar (que alberga tres pelos en su mejilla) era extirpable."

19/12/08

La continuidad del dolor, del placer.

Años buscándola, y la tiene ante sus ojos: una auténtica rosa sin espinas.
Meses pasando hambre, y ahora lo tiene a unos metros: un biólogo desprevenido.
Días persiguiéndolo y lo tiene en la mira: el oso más grande del mundo.


Un disparo certero mata al oso (que devoró al biólogo desprevenido (que cortó la rosa)).


Creyéndose triunfante -por haber matado a la bestia- es condenado a pasar el resto de su vida, cultivando en el bosque, rosas sin espinas.

18/12/08

Arquería

Campeón indiscutible de tiro al blanco, el ciego (en el país de los tuertos) no logró convencer a los jueces de que el secreto de su confianza era aceptar la ceguera, y lo envenenaron con cicuta.

15/12/08


Enganchando Piluquis.


Me gritan que tengo que ir a bañarme. Que ya se hizo de noche, y es hora de descansar en familia.

Estoy completamente embarrado, no dejé nada por manchar. Me pasé el día armando esta pista y lo más emocionante del juego es la enorme cantidad de autitos Piluquis que fueron acoplándose y desenganchándose mientras se armaba el camino. Fue emocionante, y por eso, antes de ponerme las chancletas, quisiera recordar un poco como estuvo el juego:


Este Gordini verde, de ruedas amarillas y gastadas, que ven acá, es el mío. Los demás, son los autitos que permanecen enganchados, y… ¿qué decir sobre ellos?… ya ven la pista: tan llena de barro, palos, piedras, puentes armados, otros desmoronados. Si así todo, permanecen enganchados, son (sin duda) auténticos compañeros de viaje.


Con ellos vamos descubriendo algunos secretos del juego: como que la arena es más consistente que el barro para hacer puentes; que las curvas muy cerradas hay que tomarlas despacito porque se peligra el desenganche (e incluso hasta el vuelque de algunos Piluquis muy queridos), que podemos hacer dos filas de Piluquis, tres, cuatro, incluso si tenemos un camino definido ir cada uno por su lado (en la misma dirección), empujando tierra juntos. Aprendimos sobre todo, el secreto de secretos en la vida del Piluqui (y aquí me pongo cursi): el hecho de estar enganchados sirve para que cualquiera pueda hacer la fuerza de empuje. Es decir, uno puede tomar un Piluqui del medio y que sea ese el que mueva a todo el grupo; cuando se cansa, sabe que puede confiar con el que esté adelante o detrás para seguir abriendo camino.


Miren a lo lejos, de aquel lado de la pista, son los Piluquis que ya se desengancharon. No se imaginan cuánto los extraño, me fascinan esos autitos que ya casi no veo… alguna vez me enamoré de esos colores encantadores, y esas formas tan hermosas. Igual, soy conciente que fueron desacoples voluntarios, y que también es parte del juego; porque podemos compartir la pista, pero muchas veces, se tiene la necesidad de plantar el talón en el barro y empezar a dibujar otro camino sin duda tan emocionante como el ya recorrido, pero que aleatoriamente toman otras direcciones. Y quién sabe si más adelante no nos crucemos en algún puente, o rotonda de la pista.


Si algo valoro mucho… es estar aquí: en el campito.

Mis amigos muy queridos: no se dejen engañar con quienes vengan a invitarlos a jugar con esas modernas pistas de escalectris, diciéndoles que estarán más cómodos adentro, perfumaditos, sentados en un almohadón con un control para manejar tu autito. No, no. Todo eso es mentira. Las pistas de plástico le quitan sentido al juego. Imagínense, con una pista ya armada, después de cinco minutos estaremos pegando mocos debajo de la misma. Cuando en realidad no hay nada mejor que dejar los zapatitos a un costado, hundirse en este montón de barro, y a codos y talones pelados… ¡comenzar a hacer la pista que vos te imagines, con la cantidad de túneles, puentes, curvas y rectas que se te antoje! Jamás (por más que tengas barro hasta en las orejas), podrán quitarte la felicidad de haber sido el arquitecto de tu propio camino.


Me voy a bañar. Pero antes, les advierto que tengan listos sus Piluquis, porque el año que viene nos espera un baldío enorme. Hectáreas enteras de tierra negra, y una manguera abierta para humedecerla. Nos pasaremos el día completo diagramando las idas y venidas que se nos antojen.


Deseo de todo corazón, que estés ahí, con tu Piluqui en mano atravesando ese baldío, y que tus caminos, tengan innumerables cruces con el mío.


¡Un fuerte abrazo!


¡Felices vacaciones!


¡Adiós!

12/12/08

Estrellas fugaces.

Se convulsiona el mundo de la astronomía.
Está a punto de ocurrir el evento más espectacular, jamás visto en la historia del universo: se alinearán todos los planetas, de todas las galaxias.
¡Atentos... ahí viene! ¡¡Aquí está: a menos de un metro... y sólo tiene que saludarla!! ¡¡decirle "hola"!! ¡ayy, no lo hace!... (no lo hizo).
Ya está... se va... se fue.

Los planetas vuelven al caos de siempre.

11/12/08

Sociedad de las gotas.

A veces, una gota en el mar se siente la misma nada... de nadas.
Sin embargo, cuando una molécula de agua encuentra la luna, se empeña por alcanzarla, y en todo el océano se provocan colosales movimientos de agua -a un lado y otro del planeta-, con el único fin, de que esa insignificante gota se acerque lo más que pueda a su meta.

7/12/08

Tiro libre

La falta es evidentísima. Todos en la cancha notamos la injusticia. El árbitro está bien pagado... pero no encuentra excusas para evadir tremenda agresión.

El panorama es el siguiente: todos los jugadores discuten.

Del equipo en falta, hay quienes justifican lo injustificable; algunos otros, dan fe del error, pero sólo entre ellos, en voz baja, sin hacer nada; mientras que otros, de brazos cruzados esperan que los agredidos se cansen.

Presionando al árbitro contra la esquina, los jugadores en desventaja, intentan hacerse valer. Están los más violentos, que insultan sin llegar a nada; mientras que otros (sin perder su postura), intentan cobrar lo que les corresponde. Pero hay un grupo, que sin ser vistos por nadie, se apartan del disturbio llevándose la pelota. Van hasta el lugar de la falta, y en silencio, toman distancia decididos a dar el mejor puntinazo.

Me dirán que hay un problema... que el árbitro no dio la orden. Pero ante semejante injusticia, no habrá nadie en el estadio con el coraje suficiente, para negarles que están en todo su derecho de dar vuelta el partido.

2/12/08

Caleidoscopio.

Antes, miraba hacia arriba y se dejaba enamorar por cada imagen del caleidoscopio.
Ahora, impaciente, hace girar el instrumento, tratando de encontrar la perfección. Al no conformarse con ninguno de los colores, (como tantos otros) lo abandona, sentenciando tristemente, que las visiones hermosas son sólo un juego para niños.