[edición mini mm]
De Pegaso al aeropuerto.
Señores aviadores:
antes de leer mi carta
quiero que paren sus motores,
porque lo único que falta,
es que no escuchen mis sermones.
Vuelo desde muy pequeño
desde México a Japón,
y nunca esperé encontrarme,
detrás de una nube: un avión.
Atontado y debilucho,
caí en un descampado,
sobre un granjero flacucho,
que dejé bien machucado.
Por este incidente, caballeros:
reclamo pasajes a Roma
para mi, y para el granjero,
esto es en serio, no es broma.
Respuesta del aeropuerto.
Estimado Pegaso:
Los pilotos afligidos,
lamentamos su porrazo.
Disculpe nuestro descuido,
¡venga, le daremos un abrazo!
Para retribuir su infortunio
encontramos la solución:
no le daremos pasajes
que lo lleven a otra nación...
Pagaremos nuestra cuenta,
con una excelente vestimenta:
un hermoso chaleco fosforescente
con luces intermitentes.
S.M.
2 comentarios:
jaajajajajajja...me alegraste la tarde. Tengo la suerte de que las sonrisas me duren muuucho. Gracias muchisisimas
Estimada lectora: nos agrada saber que aportamos a la diversión de su tarde.
Atentamente, la comisión directiva.
¡Usted alegra la mía, con la devolución!
¡¡Besos!!
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