Revelaciones.
“¡El mundo se va a acabar!” le dijo su perro, mientras los desvanecía lentamente un resplandor insoportable.
Muy confundido, se despertó. Estaba en una plaza, al sol de mediodía, y desde las hamacas, una nena repitió: “¿No me escuchaste? El mundo... se-va-a-acabar” al momento que eran consumidos por un blanco irritante.
En plena noche, despertó con las risas de su hermano, que huía de su cuarto, con una linterna en la mano.
4 comentarios:
Me hiciste acordar a dos cosas: 1) cuándo en mi quinta, me despertaba por la desesperación que me causaba estar soñando que me volvía ciega, mientras el sol me daba de lleno en la cara 2) un sueño que mi mamá le contó a mi papá cuando yo tenía 8 o 9 años, en el que soñaba que estaba soñando.
Todo eso, dicho, más todo lo no dicho, provocan tus menos de 10 renglones
¡Me encantó ese recuerdo de la ceguera! Debe ser muy desesperante despertarse no vidente. Con respecto al sueño de tu mamá: increíble, "la realidad supera la ficción".
De mis confusiones sueños-realidad, tengo una para contarte: cuando tenía seis o siete años, soñé que volaba y volaba por toda la pieza. Y cuando me desperté estaba tan convencido de mi capacidad aérea, que para ir a desayunar, decidí hacerlo, impulsándome con los talones. Resulta que ahí quedé: al costadito de la cama, en calzoncillos, en puntas de pie, totalmente decepcionado.
(No lo contaba desde que una psicóloga, con ganas de ser parte de la charla, me interrumpió para decirme que yo tenía deseos sexuales reprimidos). ¡Jaja! Mis puteadas cibernéticas para ella.
¡Gracias, Manu querida!
¡Un abrazo gigante!
Jajajajajajajaj me hiciste carcajear.
De mi parte, a la psicóloga, le digo que entonces yo soy fui una sexópata reprimida porque me la pasé mi infancia soñando que volaba..y como vos, lo intentaba saltando de a 5 escalones por vez en el colegio.
Besotes
Ahhh, me olvidaba, estuve leyendo 9 cuentos de Salinger, y cuando leí a Teddy me acordé de vos; no se porqué te pienso muy parecido a ese personaje.
¡Hola Manus! ¡Mirá, que interesante!
No leí los cuentos, pero me deja mucha intriga saber cómo me pensás, ¡Eso puede ser muy divertido! ¡Te mando un fuerte abrazo, amiga!
Publicar un comentario