Desde que decidí agarrar esa empanada sabía que a corto plazo, me iba a jugar una mala pasada.
Chau, gracias por venir, la misma de siempre.
Auto, con novia adentro.
Tripas que hablan sin mi autorización.
El retortijón acusaba un flato que enardecido buscaba mi ano, necesitaba salir, lo entiendo, no lo juzgo, pero no acá, no con mi novia enfrente.
Río Ceballos Córdoba fue la ruta del calvario.
Tengo las manos frías y no entiendo nada de lo que mi novia me habla, mi cabeza está en mi colon, y el auto en colon y general paz. Tránsito lento.
Casa. Amor: voy al baño.
Por fin una historia con final feliz.
G.M. (Kirk D.)
1 comentario:
¡Muy buen texto Kirk!
¡chorrea autenticidad mmsi!
Un afectuoso abrazo (De quien envidia a tu chica, el privilegio de no haber fumado nunca una de esas famosísimas empanadas).
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