27/8/08

UNA HISTORIA SIN PALABRAS

Quiero contarles un poco la razón de mi ausencia: últimamente estoy creciendo más rápido que antes. (me duele hasta los huesos por el estirón).
Sin rumbo, por caminos diferentes, probando lo que me dan, a ojos vendados, con la única esperanza de que ESE sea el último postre que pruebe porque es lo que quiero comer toda mi vida. Y aunque siempre vuelvo a pedir dulce de leche, nunca está demás jugarse con un Pistacho, un Licor de Huevos, un Frutos del bosque, puede que me termine gustando, pero si no me gusta, ¡a llorar al campito! Y ahí está lo difícil de comprender: “el que no llora, no mama”, y no en el sentido de tirarle piedras al Patio Olmos, como cuando los tartamudos quieren un lu-lugar en la-la radio, o un grupo de vecinos exige que los fósforos traigan los 222 que promete. No señor. Pienso en esa frase con la idea de que si no enfrentas los desafíos que tengan tu proyecto de vida, es imposible llevarlos a cabo.
Bueno, más allá de la reflexión, lo que quería contarles es que en este viaje por nuevos senderos, estuve incursionando por un formato narrativo carente de palabras. Se las presento y espero que les guste.

4 comentarios:

Unknown dijo...

yo siempre termino pidiendo sambayón, si querés te invito un poquito.
saludos Santi!

mm...si producciones. dijo...

¡Hola, bird gerhl! Me encantaría, aun no me he animado a pedir sambayón, menos en cucuruchos de los grandes...
¡Acepto la invitación!

Manuelita dijo...

Je je..conozco una niña de cinco que siempre dice "no me animo", ante cada cosa que asegura que no le gusta

Me gusto tu atrevimiento sin palabras!

mm...si producciones. dijo...

Hola Manuuss!! más de una vez (y a pesar de que soy peludo y con un metro noventa) me siento una niña de 5 años por saltar de las hamacas.
¡Un gran abrazo, amiga!